Tenemos clase nueva, pero sin armarios, por lo que una vez más, hemos tenido que poner en marcha nuestra imaginación para poder tener el material de los niños bien presentado y ordenado.
Lo que he hecho, ha sido coger viejos armarios con las estanterías fuertes, pero su exterior deteriorado. Para mejorar su presencia, decidí forrarlos por fuera, pero con dibujos de mis niños. Para ello, les dí témperas de varios colores, pinceles y un trozo de papel continuo de color para que pintaran libremente.
Los niños lo pasaron de maravilla y además la decoración de la clase mejoró.
El resultado es este: